
En nuestra región, el mimbre es más que un material: es un símbolo de identidad local y orgullo. La historia del arte del mimbre aquí se remonta al siglo XIX, cuando el conde Ferdynand Hompesch, propietario de la finca de Rudnik, buscaba nuevas fuentes de ingresos para la comunidad local. En 1872, envió a un grupo de jóvenes con talento a Viena para aprender el arte de tejer cestas. A su regreso en 1878, fundó una escuela de cestería en Rudnik nad Sanem.
En poco tiempo, los artículos artesanales de los artesanos locales se vendían en grandes almacenes de Viena y Praga. Esto marcó el inicio de la reputación de Rudnik como centro destacado del mimbre, con productos reconocidos en toda Europa.
Los artesanos de la región se hicieron famosos por su precisión, durabilidad y refinada estética.
Hoy, la tradición sigue viva, mantenida no solo por las generaciones mayores, sino también por los jóvenes ansiosos por aprender el oficio. Gracias a ellos, el centro de mimbre de los Subcarpatos sigue prosperando como un vibrante centro de cultura artesanal en Polonia.